viernes, 9 de noviembre de 2012

Paz

te arrojaste a mi
como una pedrada violenta,
como una bala enfurecida,
como un tren desbocado.

Yo me consumí como papel,
sucumbí ante tu magma invencible
que inundó mi centro de improviso.
Soy una nueva Pompeya.

Noche tras noche, buscas en mi boca
las respuestas que no tengo
pero lo intentas, la oscuridad no te asusta.

yo, indefenso,
me entrego a tu tacto,
a tu calor de galaxia,
a tu baile de campo de flores.

Todas las noches arrasas mis huesos
cavas profundo en mi tierra
buscando las verdades que oculto
y, porque eres tú
levanto los brazos en señal de rendición.

Has destrozado todos mis muros
con tu néctar dulce y embriagante
has hecho de mí
una zona de guerra
y así te declarabas
amante de la paz.


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