lunes, 24 de septiembre de 2012

La caida del joven Aquiles (a Cristóbal)

 

Llora,
bajo ese yelmo oxidado,
llora,
bajo el sudor como lágrimas,
llora,
bajo la obscura nube de la guerra,
llora,
bajo el cansancio de estos diez años.

Ha caído,
y entre las hordas sangrientas,
las espadas destrozadas,
las flechas sibilantes,
los escudos desfigurados,
se siente el lamento,
el dolor de la caída,
los aqueos lloran
ha caído el joven Aquiles,
a besado la lona,
mordido el polvo,
ha muerto la esperanza,
se ven las lágrimas de un Ajax suicida
y las espadas caen al suelo
como finas gotas de lluvia
y resuena la pena,
las paredes de Troya celebran
y los dioses celosos esbozan una sonrisa.

Ha caído el joven Aquiles,
tenía solo ocho años,
el mundo no era para él más que un sueño,
ha caído el pequeño Aquiles,
dulces sueños mi príncipe, ya nos veremos.

Todos hemos visto morir a nuestro Aquiles.


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         Este poema se ganó un premio en una pequeña zona rural cerca de Santiago. Esta dedicado a un pequeño niño al cual, el hado, no tuvo en consideración, pero que aún recordamos.

1 comentario:

  1. que pluma wn
    nunca habia leido algo tuyo
    solo eso
    que formidable pluma!

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