Me
siento estúpido,
Tirado
sobre mi eje
En una
posición
Francamente
ridícula,
¡No
soy una monja suplicante!
Balbuceo
tu nombre sin cesar
Por
horas inconclusas,
Como si
el aire
Fuera
limitado,
Como si
mi caída
No
tuviese fin
Como si
el vacío que poseo
Se
alimentase, a sí mismo
Con su
propio abismo.
No me
queda fuerza
Para
seguir cayendo.
Me di
cuenta
Que eso
que llaman palabras
Se
quedan cortas o sobran,
No
encuentro la dosis
Como un
veneno asesino o
Un
insecticida barato
No
encuentro la dosis.
Mi alma
(si es que existe
Semejante
herencia griega)
Lucha
contra el peso
De sí
misma
Y mi
mente apátrida
No
concuerda con mis manos
No debo
amarte
Tú
comenzaste la entropía
De mi
corazón,
Desorden,
violencia, odio
Son
hijos de tus besos
Celos,
rechazo, depresión
Fueron
cocinados por ti
En la
profundidad de mi vientre,
Pero, a
pesar de todo,
Aún
espero tu llamada
Esta
enfermedad llamada esperanza,
Llamada
fe, llamada ingenuidad
Esta
destrozando mis nervios.
Quiero
Morir para olvidar
Olvidar para sentir
Sentir para odiar
Y así
cerrar el círculo vicioso
Que
creaste para mí
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