lunes, 7 de mayo de 2018

Llámame


Me siento estúpido,
Tirado sobre mi eje
En una posición
Francamente ridícula,
¡No soy una monja suplicante!
Balbuceo tu nombre sin cesar
Por horas inconclusas,
Como si el aire
Fuera limitado,
Como si mi caída
No tuviese fin
Como si el vacío que poseo
Se alimentase, a sí mismo
Con su propio abismo.
No me queda fuerza
Para seguir cayendo.

Me di cuenta
Que eso que llaman palabras
Se quedan cortas o sobran,
No encuentro la dosis
Como un veneno asesino o
Un insecticida barato
No encuentro la dosis.
Mi alma (si es que existe
Semejante herencia griega)
Lucha contra el peso
De sí misma
Y mi mente apátrida
No concuerda con mis manos

No debo amarte
Tú comenzaste la entropía
De mi corazón,
Desorden, violencia, odio
Son hijos de tus besos
Celos, rechazo, depresión
Fueron cocinados por ti
En la profundidad de mi vientre,
Pero, a pesar de todo,
Aún espero tu llamada
Esta enfermedad llamada esperanza,
Llamada fe, llamada ingenuidad
Esta destrozando mis nervios.
Quiero
Morir para olvidar
Olvidar para sentir
Sentir para odiar
Y así cerrar el círculo vicioso
Que creaste para mí

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