sábado, 8 de diciembre de 2012

Ahora que el fin del mundo se acerca... dicen

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Ahora los profetas me llenan la cabeza con sus plegarias desesperadas de un fin que se anuncia. Dicen las voces que la oscuridad nos tragará y escupirá unos días después ya acabados. Que nuestros espíritus se abrirán hacia algo como un satélite tratando de sintonizar una señal difusa. Que nos daremos cuenta que estamos ahorcando el mundo con nuestras manos de acciones y mercados. Que llegarán los dioses de otros planetas a supervisar su creación y barrerla de la faz de universo. Dicen...

 Dicen los profetas de la baba que nos tragará el sol en una danza de fuego y terror. Que los mayas, aquellos agoreros del tiempo, ya lo predijeron  en los principios de la razón. Dicen que los días finales están llegando. Que moriremos solos. Llenos de remordimiento. Mordiéndonos los labios hasta sangrar. Dicen que seas bueno, que te reúnas con la familia, que ames hasta ya no poder ¿por qué ahora? Ama siempre hasta que tus huesos se calcinen de pasión y puedas ver la aurora de la belleza sonriendo. Sé bueno, intenta serlo, aunque aveces creas que de nada sirve y sientas el filo de la traición por la espalda. Mantén a tu hermano a tu lado, a tu hijo, a tu padre, a tu madre, a tu abuela aunque los abismos los separen más que unirlos, no los sueltes.

Dicen tantas cosas los profetas de las conspiraciones. Sé bueno, deja de engañar, abraza a tu enemigo, reza, no pares de rezar, lávale las heridas a la madre tierra, recuerda que tienes corazón. Dicen tantas cosas los oráculos de matinal, pero todos sabemos que nada pasará. Lo palpamos en nuestras moléculas viajeras, en nuestras entrañas de cosmos, en nuestras venas de cometas. Nada pasará. Y luego de unos días todo será como siempre fue. El abusador soltara el cáliz y abusará. El mentiroso subirá al estrado y mentira. El violador dejará a su madre, buscará a su madre en otras y violará. el explotador sacará los billetes de debajo del colchón, tomará el látigo para incentivar a sus empleados y explotará. El estafador se olvidará de sus promesas, dará vuelta su chaqueta y estafará. Todo seguirá como siempre.

Eso dirán los profetas del nuevo milenio. Pero espera, después vendrá otro final, y otro, y otro. Lo único que espero es que mis moléculas ebrias viajen por el universo y se posen en tu boca.



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